¿Por qué se podrían beneficiar los países que reciben a migrantes venezolanos?

migrantes venezolanos
Foto: Daniel Reina | Semana.

La llegada masiva y desordenada de migrantes venezolanos, especialmente a los países de América del Sur, ha significado inversiones económicas cuantiosas para esas sociedades. Eso es lo que ocurre en lo inmediato, a mediano plazo las cosas podrían ser diferentes.

Un reciente estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI) ofrece un punto de vista distinto, no se enfoca solo en los costos, sino en las oportunidades económicas. Los migrantes venezolanos al ingresar representan costos -sin duda- para los países de acogida, pero si estas naciones optan por integrarlos social y laboralmente a la vuelta de pocos años crecería la economía. No es una solución mágica, la clave está en la educación.

Los migrantes venezolanos que se quedan en Colombia o quienes se establecen en Ecuador, Chile o Perú, por lo general tienen mayores niveles educativos que los habitantes del entorno que les recibe.

Ciertamente ya no emigran de Venezuela solamente profesionales o personal calificado laboralmente, como ocurrió en la primera oleada de la migración masiva hace ya 8 años. Sin embargo, aún en los casos de venezolanos de sectores populares que emigran y se insertan igualmente en barriadas de otros países de acogida, por lo general tienen un nivel educativo mayor.

José Luis es el nombre ficticio de un joven venezolano que emigró hace 5 años. Estudió en entidades públicas, donde cursó tanto primaria como bachillerato. En Venezuela, antes de irse, como hobby aprendió a cortar pelo y hacía de barbero para amigos y familiares. Logró ingresar a la universidad, pero esto coincidió con la crisis generalizada del sector universitario y apenas pudo completar un semestre.

Junto a unos amigos de su barrio, en el occidente venezolano, decidieron emigrar, pero buscaron un lugar menos concurrido que el paso por San Antonio del Táchira. Cruzaron por Guasdualito, en Apure, para llegar a Arauca, y desde allí se internaron otras dos horas de viaje por carretera para quedarse en un pequeño pueblo de los llanos colombianos.

Dedicado hace ya varios años a la barbería como modo de vida, José Luis es la persona que tiene el mayor nivel educativo entre sus pares en esa localidad colombiana. Su caso no es único. Precisamente es lo que ha detectado el FMI en su estudio, en el cual advierte a los gobiernos que vean las capacidades y formación que llevan los migrantes venezolanos, aún de sectores populares.

El FMI estima que si los migrantes venezolanos son acogidos de forma legal, integrados a los servicios de salud y con facilidades para validar sus estudios universitarios u oficios calificados, a la vuelta de 7 años -en 2030- la migración de Venezuela en Sudamérica podría hacer crecer en 4,5% el Producto Interno Bruto de los países que les reciben.

El organismo financiero, con sede en Washington, hace suyas las cifras de las agencias de Naciones Unidas que ubicaban en algo más de 7 millones de personas a la migración venezolana, en octubre de 2022. El éxodo masivo, según coinciden las entidades internaciones, comenzó en 2015. Aunque sin duda hay casos de connotación política, por persecución o violaciones a derechos civiles, el grueso de quienes se van lo hacen empujados por el colapso económico que se registró en Venezuela, con la consiguiente crisis humanitaria compleja.

La pandemia de la COVID-19, que generó tanto el cierre de fronteras, como la contracción económica (y por tanto menos chances de empleo en los países destino de los migrantes), ralentizó la salida masiva de venezolanos.

Una vez superadas las restricciones impuestas por la pandemia se registra -y el FMI también lo ha percibido- un repunte de la migración de venezolanos.

“La migración venezolana se ha reactivado y se espera que se mantendrá en los próximos años, a un ritmo sin embargo menor”, sostiene el informe del FMI que puede leerse en este link. De acuerdo con el organismo, “el número de migrantes venezolanos alcanzará los 8,4 millones en 2025, lo cual representa más del 25% de la población del país en 2015”.

Andrés Cañizález es periodista y Director de Medianálisis. @infocracia

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Fuente: Fe y Alegria Noticias