Américo De Grazia | ¿ Primarias, consenso, abstención o calle?

Caracas.- Venezuela es un país kafkiano, innecesariamente complicado, laberintoso, obstalizante y de propósitos impropios; conducido por un régimen orweleano de características socialmente represivo. Para corroborarlo basta dar un vistazo al comportamiento de nuestros protagonistas. El gobierno de facto controla todos los poderes y los usa sin ruborizarse. Los trabajadores encabezados por el sector universitario demandan la nulidad del instructivo de la ONAPRE ante el TSJ; esta herramienta del régimen para la inducción de la pobreza, junto al presupuesto fiscal del 2022, que financia el gasto burocrático previendo sostener sus ingresos con la depreciación del bolívar y la recurrente hiperinflación que disminuye de manera sustancial el poder adquisitivo de los ciudadanos.

Así logra Maduro vulnerar cada día más al venezolano a tal punto de mantenerlo ocupado en sobrevivir y no en otra cosa. De esta manera la brecha entre pobres y enchufados se distancia de modo abrumador e insostenible. Siendo la pobreza la enfermedad social con mayor índices de muerte en Venezuela. Por eso, cuando las universidades acuden al TSJ por justicia, la respuesta no se hizo esperar, declararon inexistente el instructivo, ordenaron investigar a los demandantes y multar a las universidades que activaron la demanda. Mejor metáfora orweleana imposible.

“Insistir, persistir, resistir y nunca desistir” Pancarta de los trabajadores en la calle

En la acera del frente se encuentra toda la fauna opositora kafkiana con sus respectivos archipiélagos. Vemos al G10 proponiendo secuestrar las primarias y reservándose el derecho de admisión, la cosa se reduce a un “yo con yo”. Mientras los “judicialízalos”, prisioneros de Maduro, se hacen los desentendidos, jugando a ganar tiempo, mientras cumplen el guión encomendado. Es así como entran en escena los abstencionistas, que son muy buenos explicando las razones para no votar, pero cuando les preguntan por su propuesta, dan más vuelta que el río Misisipi. Luego tienes los proponentes del consenso, claramente identificados con el gobernador Manuel Rósales, propuesta que tiene una pesada fallada de origen. Esta es ejecutable solo “a última hora”, de hacerlo antes, vale decir ahora, el “beneficiario” sería inhabilitado, perseguido, enjuiciado, exiliado o preso. En consecuencia, como diría el involucrado, “ si a mí me matan y yo me muero”, ¿qué pasaría entonces? En consecuencia el camino más sensato es el de las primarias abiertas, sin excluidos, sin inhabilitados, sin vetados, organizadas por la sociedad civil, con observadores internacionales, sin CNE, con doble vuelta, con la participación de todos los venezolanos dentro y fuera del país. Mas el concurso de los partidos que quieran postular sus distintos candidatos y podamos tener como resultado una dirección con legitimidad política de acuerdo a la proporcionalidad de sus votos a nivel nacional, regional y municipal.

Y por último la calle, con los trabajadores de todas las tendencias pero con un mismo objetivo. Las diferencias ideológicas, partidistas o gremiales, han resultado subalternas ante la oferta empobrecedora que les presenta Maduro. Los trabajadores han declarado la ilegalidad de la pobreza, como en el pasado se hizo con la esclavitud. Existe la disposición de sostener esta lucha a pesar de las adversidades, obstáculos y contradicciones.

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