Yo no voto, yo me organizo

Yo no voto, no cedo mi voluntad a políticos de ningún gobierno.

Yo no voto, prefiero no fortalecer la partitocracia, me abstengo ante la oligarquía de los partidos políticos y la putrefacta socialdemocracia. No pretendo colaborar con la indigna participación en un engaño tan manifiesto.

Yo no voto, prefiero no ser participe de la mentira, la trampa y el engaño, para no legitimar unas reglas de juego endémicamente corruptas.

Yo no voto, no soy un individuo apático y pasivo, me preocupan las cuestiones sociales que me afectan tanto a mí, como a mis compañeras, familiares, vecinos, etc. Por eso elijo no regalar a través del derecho a voto, ni mi voz, ni el consentimiento para obrar en mi nombre a través de un sistema corrompido desde su raíz.

Yo no voto, no quiero mancharme voluntariamente de la sangre, las torturas y la violencia que puedan llevarse a cabo por los Estados, la banca y los ejércitos. (Leyes, cárcel, presupuestos, corrupción, guerras…)

Yo no voto, no quiero ser partícipe de las siniestras decisiones que sin duda tomarán en favor de intereses empresariales en contra de la clase trabajadora.

Yo no voto, no deseo participar de un sistema que subvenciona a traidores profesionales como son los partidos, los sindicatos y sus cúpulas.

Yo no voto, prefiero organizarme con otras personas de forma horizontal, de igual a igual para luchar y poder cambiar las cosas, practicando el asamblearismo, la autogestión y la acción directa.

Yo no voto, no quiero ser un siervo pasivo y delegar los asuntos importantes que conciernen a mi vida y a mis colectivos, a partidos políticos, empresas, bancos, entidades coorporativas e instituciones remotas en las cuales no puedo influir en absoluto.

Yo no voto, ni me trago el ridículo cuento del voto útil o el mal menor, no apoyo ni elijo el mal en ningún grado. No me parece poco hacer lo que considero correcto en conciencia y por tanto empezar por retirar mi respaldo moral y respeto a toda esta farsa.

Yo no voto, prefiero tener mi conciencia libre de contribuir y reforzar este sistema de servidumbre mediante mi participación electoral. Prefiero conservar mi personalidad y a partir de ahí buscar alternativas, actuar, crear, pensar fuera y libre de las correas de este podrido consenso.

Yo no voto, al no participar en la farsa electoral, no regalo mi consentimiento, ni cedo una licencia o cheque en blanco a oligarcas de ningún color.

Yo no voto, no creo en la dicotomía de las ya inexistentes izquierdas y derechas, no creo en las absurdas promesas trampa de la socialdemocracia, de globalistas, postmodernos, liberales, y demás charlatanes de moda, para la aceptación de su juego en la sociedad y sus horribles regulaciones.

Yo no voto, la moral y las leyes que imperan son producto del capital y del sofisticado entramado de totalitarismo y corrupción instalado en el Estado para controlar a las masas a través de la sociedad de consumo capitalista, y engañar a los más disconformes con la falsa idea de la reforma.

Yo no voto, prefiero ejercitar la responsabilidad y mantener la decencia.

Yo no voto, no negocio con terroristas.

TU VOTO NO CAMBIA NADA,
TU LUCHA LO CAMBIA TODO.

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