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Maduro se rodea de militares en su Gobierno

diseño e imposición de un pensamiento militar revolucionario, dejado por Hugo Chávez como una materia pendiente, para el cual ha tenido asesoría cubana, y que está desgajado de las disposiciones constitucionales. Para ello, su ariete ha sido el general Vladimir Padrino López, ministro de la Defensa durante los últimos nueves años.

La palanca interpretativa para politizar la función militar en el estado ha sido la denominada “Unión Cívico-Militar”, un principio organizativo que está presente en las primeras proclamas de Hugo Chávez, que así como fomenta la formación armada de escuadrones civiles para defender la revolución, considera legítima la formación de militares en la doctrina socialista y bolivariana, destinada forjar intereses creados en la administración del poder, y a la larga, a inhibir la alternabilidad política.

Los militares venezolanos no declaran abiertamente de política ni intervienen en el debate público, pero las consignas chavistas y revolucionarias son una presencia viva en los cuarteles, y a la memoria de Chávez objeto de un culto similar al de los padres de la patria.

“Los mandos militares actuales le dan toda una vuelta a las disposiciones constitucionales que prohíben a la Fuerza Armada tener simpatías partidistas”, afirma Sucre. “Lo que suelen argumentar es que ellos son una instancia política, puesto que son parte del estado, y que el chavismo no es una parcialidad política, sino un movimiento nacional, garante de la independencia y la soberanía nacional.”

Sucre piensa que la militarización de los mandos de gobierno venezolano –una tendencia que sube y baja, pero que se mantiene en cotas muy altas- no se traduce, necesariamente, en radicalización de posturas políticas.

“Lo que puede haber es un daño reputacional grande en la institución armada. Los militares no lo han hecho nada bien en el Gobierno, no son ni de lejos los militares desarrollistas brasileros. Se ha perdido mucho dinero y hay mucho desorden. En las mediciones actuales de opinión, el rechazo a los militares por parte de la población y la visión negativa sobre su desempeño sobrepasaba el 60 por ciento de los consultados. En los tiempos de la democracia del siglo XX los militares venezolanos eran muy respetados y su aceptación en las encuestas de opinión era muy alta.”

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