Llegaba el Atlético de Madrid a Mestalla con la vitola de ser el mejor equipo del primer mes de competición. “Juegan como nadie”, se escuchaba en los mentideros futbolísticos. En Mestalla, tras el parón de selecciones, el Valencia más mediocre de los últimos 40 años le pintó la cara al equipo del Cholo.
Ni física -estaban tiesos los rojiblancos-, ni táctica, ni técnicamente estuvo a la altura el equipo madrileño. Salieron con una pachorra impresionante y el Valencia dio el primer golpe a los cuatro minutos con un gol de Hugo Duro, seguramente el delantero más sacrificado pero con menos gol de primera hoy les clavó dos a los colchoneros.
Un tanto que destapó las carencias de un equipo que no se ha reforzado como debía en verano, pero que aun así, no puede dar una imagen tan lamentable donde ni siquiera muestra actitud. Plano, sin ideas en ataque y lleno de errores defensivos, fue aplastado por un Valencia lleno de retales y canteranos.
Al descanso se fue perdiendo dos cero con otro tanto del mencionado Hugo Duro al que hoy hizo internacional Savic -menudo partido del carnicero montenegrino- y sus secuaces de zaga y el efecto de la charla de Simeone duró seis minutos, lo que tardó Javi Guerra en marcar un golazo para retratar el desastre absoluto de un equipo que comenzaba a sacar pecho como candidato a ganar la liga. A partir de ahí, ni orgullo mostró el equipo de Simeone. Arrastrándose por el campo, vio el partido pasar y si no llega a ser por Oblak se vuelve de su paseo por la capital del Turia a casa.
El Atlético, que ya de por sí tiene un plantel muy corto por la nefasta planificación deportiva, vio como Lemar se iba en camilla. Veremos lo que tiene el galo, pero no pinta nada bien. Para redondear una tarde nefasta en la que se le atragantó la paella a un Atlético infame.
Fuente: Libertad Digital