Tina Turner: "Fui la primera cantante negra en llenar estadios, mi mayor sueño"

Fue llamada “la reina del rock and roll”. El ritmo revolucionario entre los jóvenes a partir de los años 50, aunque cuando Bill Haley, Elvis Presley y otros grandes, Tina Turner era todavía una adolescente que no había pensado dedicarse a la música. Cuando lo hizo, poco a poco, fue deslumbrando a cuantos la escuchaban. Tenía una voz poderosa y, con el tiempo, no sólo destacó como rockera, pues lo mismo destacaría interpretando soul, R&B, canciones del Oeste… Con su prodigiosa garganta podía enfrentarse a esos y otros géneros. Se retiró por propio deseo en 2009, tras cincuenta y cuatro años exactamente en los escenarios y estudios de grabación. Vendió doscientos millones de discos. Logró dieciocho nominaciones a los premios Grammy, recibiendo ocho. Todavía, seis años antes de que le haya llegado su final, pudo emocionarse con un musical estrenado primero en Broadway, luego en todo el mundo, (en España lleva un tiempo en las carteleras) acerca de su espectacular carrera. Y desde luego tenía muy presente aquel sueño juvenil, cuando empezaba, de ser la primera cantante negra en llenar estadios. “Eso parecía entonces imposible, pero lo logré, y me hizo muy feliz al conseguirlo”.

El dúo con su hermana

El nombre de Tina era realmente Anna Mae Bulloch, aunque su definitivo apellido artístico, Turner, lo tomaría de su primer marido, pero éste, Ike, en sus memorias, aseguraba realmente llamarse Martha Nell. Detalle anecdótico puramente. Pero el caso es que en 1977 firmó un contrato con esa última identidad. En su familia de granjeros, acostumbrada a la recogida de algodón, no había antecedentes musicales. Cuando todavía no era Tina, para entendernos, cantó en algunas iglesias piezas religiosas, gospel, pero como simple aficionada.

Sus inicios musicales pueden recordarse cuando con su hermana Aillane formó un dúo recorriendo bares de St. Louis, en uno de los cuáles, el club Manhattan, al este de la ciudad, las escuchó Ike Turner, que ya por entonces, mediados los años 50, era un conocido rocker. Quedó éste interesado por la voz de Anna Mae, que había interpretado una creación de B.B King, “You Know I love you”, y la felicitó. Entablaron amistad. Y así es como ella se integró en la banda de Ike. Por ser menor de edad, diecisiete años, Ike acudió a ver a la madre de la joven para que le diera permiso y su hija pudiera marcharse con él como pareja musical. La señora, que se había llevado fatal siempre con Anna, dijo que muy bien. Ike Turner vaticinaba que su nueva compañera iba a ser una estrella. Y acertó.

El dúo fue dándose a conocer. Ella todavía era anunciada como “Little Ann” (La pequeña Ana). Grabó su primera canción en 1958: “A fool in love”, y ya uniendo su voz a la Ike, “River Deep”-Montain High”. Pero el tema que les deparó entonces su mayor éxito fue “Proud Mary”, que ya había sido estrenado por el grupo Credence Clearwater Revival. Cuando su autor, John Fogerty, la escuchó, dijo sobre la recién llegada a la canción: “Es tan directa, tan cruda…”. A lo que la inminente Tina, comentó: “No quiero implicarme en cosas simplemente bonitas y fáciles”. Porque dicha pieza era profunda, de mucha calidad. Aconsejada por Ike Turner, fue matizando su potente voz al tiempo que escribía sus primeras creaciones, como “Nutbush City Limits”.

Se fueron de gira con un espectáculo que llamaron Ike and Tina Turner Revue. Allí, había momentos en los que Tina era acompañada por un grupo de coristas mientras Ike quedaba en segundo plano tocando la guitarra. Puede que empezara ya a tener celos artísticos de su compañera.

Los éxitos de Ike & Tina Turner iban creciendo. Se contaba que ella se inspiraba a la hora de escribir canciones en que fueran interpretadas no por Ike, sino por Little Richard. Suponemos que eso se lo ocultaría a Ike, con quien convivía desde 1960, casándose en 1962. En 1966 los Rolling Stones los incluyeron en una gira como teloneros. Tina se llevó muy bien con Mick Jagger, al que enseñó a bailar, a contonearse frenéticamente en el escenario. Curioso es que Ike y Tina Turner, en otra gira por Inglaterra, interpretaran, aparte de su repertorio habitual, éxitos de Los Beatles. Una manera, imaginamos, de ganarse la simpatía de los británicos.

Años de maltrato

A ojos de sus admiradores, la pareja daba la impresión de estar muy unida, como así eran sus voces. La realidad era otra. Si bien sus discos se vendían muy bien y las actuaciones cara al público les proporcionaban popularidad y dinero, sus relaciones íntimas eran deplorables porque Ike maltrataba a Tina. Consumía cocaína, lo que acentuaba más su agresividad. Ello llevó al grupo a disolverse. Tras su divorcio en 1977, que ella consiguió tras no pocas dificultades, pues él acabó quedándose con casi todo lo que habían ganado, Tina comenzó una nueva etapa en solitario. Eso sí: tuvo que partir de nuevo desde cero, sólo confiando en que seguirían recordándola, pues mantuvo su apellido artístico.

Triunfo en solitario

En la revista People, el año 1981, declaraba: “Entonces estaba muerta, cuando dejé a Ike para siempre ya no miré hacia trás”. Pero le costó lo suyo. Tenía deudas, estaba prácticamente arruinada, aunque por otra parte hay quien contó que se había quedado con dos automóviles Jaguar, varios abrigos de pieles, joyas… Más cierto es que se fue como quien dice “con lo puesto”: sólo llevaba una tarjeta de crédito y exactamente treinta y seis centavos. Pero luchó hasta recobrar la atención de la industria discográfica y del público, naturalmente. A pesar de que su primer disco ella sola, de 1978, titulado Rough no funcionó como deseaba. Tampoco en esa época la contrataban en sitios de categoría. Sus apariciones en especiales de televisión y un contrato en un casino de Las Vegas le fueron devolviendo la popularidad. Y desde luego el dinero necesario para pagar cuanto debía e ir obteniendo lo suficiente para vivir con cierta holgura, sin preocupaciones económicas.

Fue Private Dancer el disco que le proporcionó el salto que esperaba para auparse a los hit parades de ese final de la década. Se vendieron diez millones de copias. Transcurría 1981 cuando Rod Stewart la invitó para cantar juntos “Hot Leg´s” en el Saturday Night Live, uno de los programas de mayor audiencia. En Inglaterra, donde pasó varias temporadas, Tina Turner gozó de una notoriedad importante. Allí, en 1981 logró otro sensacional éxito con la canción “Let´s stay together”.

Desde entonces, Tina Turner ya fue un huracán en el escenario, mostrando sus alargadas piernas con la ayuda también de unos elevados tacones, danzando al compás de sus canciones con una ensayada sensualidad, pero que en ella resultaba como si lo hubiera hecho toda su vida. El público estaba electrizado. Vestía faldas muy cortas, a veces desde luego bastante estrafalarias para nuestro gusto. En el camerino tenía una colección de pelucas para evitarse ir a la peluquería diariamente. Si interpretaba temas con argumentos dramáticos, su voz se volvía más ronca, dentro desde luego de una inimitable musicalidad. Y sobre todo las mujeres la elevaron a heroína de todas las que eran maltratadas, como defensora a ultranza de las que, como ella misma, eran presa de la agresividad de sus parejas.

Una muñeca Barbie

Destacaron en su habitual repertorio estos títulos, entre otros: “Simply the Best”, “River Deep Mountain High”, “What´s Love Got to Do with it”, “Steamy Windows”, “I dont wanna Figh”… Su fama aumentaba año tras año. La empresa que fabrica las muñecas Barbie la tomó como modelo para una edición que entusiasmó no sólo a las niñas. En 1985 actuó junto a su admirado Mick Jagger y coprotagonizó con Mel Gibson Mad Max Beyond Thundardome, en cuya banda sonora sonaba su canción “We Don´t Need Another Hero”.

No era la primera vez que aparecía en un filme, pues ya intervino desde 1970 hasta 1993 en otra media docena, el primero Gimme Shelter, luego Taking Off”, “Tommy, Soul to soul, Sgt. Pepper´s Lonely Hearts Club Band y el postrero, Last Action Hero, El estreno de una película sobre su vida lo interpretó Angela Basset. En una de las secuelas cinematográficas de James Bond sonaba “Goldeneye”. Como curiosidad, llegó a interpretar un dúo con Antonio Banderas. Sus memorias aparecieron en 1986, con el título Yo, Tina.

Hasta 2009, cuando anunció su retirada, ya viviendo en Suiza con su segundo marido, adoptando la nacionalidad de ese país, Tina Turner continuó grabando discos, actuando en televisión y en directo. Su última gira, con llenos a diario, fue aquel año la rúbrica a toda una afortunada carrera musical. Su salud ya le había avisado de que aquella intensidad que volcaba en sus espectáculos tendría que detenerla. Muy a pesar suyo porque sus ilusiones seguían intactas como el primer día, con una vocación extraordinaria. Era ya más de medio siglo el que había transcurrido desde su debut. Y en la plácida y amorosa compañía de Erwin Bach, su segundo marido, allí en su mansión cercana al lago Zurich, ha dicho adiós a la vida a sus ochenta y tres años cumplidos. El rock está de luto. Porque se ha marchado para siempre su reina.

Fuente: Libertad Digital