Crítica ‘Muchas más hormigas entre las piernas’: Última comedia sexual de Netflix, adolescentes con genitales parlantes

Las comedias de instituto es un género muy empleado por la industria del cine y es difícil que un título llegue a sorprender. Hemos visto desde historias románticas, a los patitos feos que se convierten en los más populares cuando se quitan las gafas y se peinan un poco a la típica guerra de sexos. Siempre suelen tener los mismos ingredientes: populares, marginados, charlas ante las taquillas, escenas de vestuarios, el capitán del equipo de fútbol y por supuesto el baile de graduación, ese nunca puede faltar.

Tan establecido están esos cánones que han terminado por exportarlo desde Hollywood. Es el caso de la película alemana Muchas más hormigas entre las piernas, que acaba de estrenar Netflix, donde vemos el tradicional baile de fin de curso típico en EEUU. La comedia es un spin-off actualizado de dos grandes éxitos de taquilla en los 2000 en Alemania.

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Charly (Tobias Schäfer) y Paula (Cosima Henman) son dos marginados del instituto que tienen como gran consuelo tenerse el uno al otro, son amigos desde la infancia. Ambos tienen en mente un objetivo, perder la virginidad antes de terminar el instituto. Una noche les cae un rayo, ese elemento de la naturaleza responsable de tantos cambios de cuerpo en el cine. En este caso no se van a meter el uno en el cuerpo del otro para saber cómo se sienten sino que adquirirán un poder, por llamarlo de alguna forma: pueden oír a sus genitales.

De esta forma entran en juego dos nuevos personajes, el pene de Charly (‘Picha’) y la vulva de Paula (‘Toto’), que empiezan a comunicarles sus necesidades irrefrenables. Tras un incidente en el instituto en el que Charly sufre una erección en plena actuación del coro, se convierte en el más popular, todos quieren ser su amigo y las chicas quieren ligar con él. Paula es descubierta por las populares comprando, empujada por la voz de sus genitales, ropa sexy en un sex shop. En su caso se convierte también en la más popular, pero de forma negativa como una chica facilona.

Muchas más hormigas entre las piernas es una película que no gustará a todos. Las comedias de trazo grueso, con chistes en ocasiones obscenos, crean rechazo a numerosos espectadores. En España tenemos el ejemplo de la saga Torrente. Pero hay que reconocer que si no genera rechazo inicial, puedes llegar a divertirte mucho, siempre teniendo en cuenta lo que estás viendo.

No obstante, la película alemana sorprende gratamente a partir de la mitad del metraje, cuando hace una reivindicación de que cada uno acepte su cuerpo sin complejos, y no sólo a la talla que viste cada uno, sino a su desnudez, algo por lo que tantos jóvenes lo pasan mal en los vestuarios. El gran defecto de Muchas más hormigas entre las piernas radica en su duración, 1:40 horas, algo totalmente excesivo para una comedia.

Muchas más hormigas entre las piernas no es el único estreno en plataformas esta semana en la que podemos ver en Netflix la historia de un nazi desertor, una conmovedora historia de una mujer que cree que su marido se ha reencarnado en un perro callejero en Movistar Plus+ o una drama sueco con la salud mental como protagonista en Filmin.

Fuente: Libertad Digital