En la tarde del miércoles 7 de mayo de 2025, la Capilla Sixtina fue escenario de la primera votación del cónclave destinado a elegir al sucesor del Papa Francisco. La jornada concluyó con la emisión de una fumata negra, señal inequívoca de que los 133 cardenales electores no alcanzaron el consenso necesario para nombrar al nuevo pontífice.
Este cónclave, el más numeroso y diverso en la historia de la Iglesia Católica, reúne a cardenales menores de 80 años provenientes de 71 países. Para que un candidato sea elegido Papa, debe obtener al menos dos tercios de los votos, es decir, 89 sufragios. El proceso contempla hasta cuatro votaciones diarias: dos por la mañana y dos por la tarde. Si después de tres días no se alcanza una decisión, se realiza una jornada de reflexión y oración. En caso de persistir el desacuerdo tras 34 votaciones, se limita la elección a los dos candidatos más votados.
La fumata negra, resultado de la quema de las papeletas de votación junto con productos químicos que generan el humo oscuro, es una tradición que indica la falta de acuerdo en la elección papal. La próxima señal de humo está prevista para el jueves 8 de mayo, entre las 10:30 y las 12:00 horas (hora peninsular), tras las votaciones matutinas. Si se alcanza un consenso, se emitirá la esperada fumata blanca, anunciando al mundo la elección del nuevo líder de la Iglesia Católica.
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