Valencia, 7 de mayo de 2025-. Denuncian crisis de insumos médicos en hospitales públicos. El día a día en hospitales venezolanos es una carrera contra el tiempo. El Periférico de Catia carece de insumos básicos. Así lo afirma el cirujano Alejandro*. La situación impide cirugías y atención adecuada.
Las paredes del hospital muestran el deterioro. La humedad persiste a pesar de la pintura. Alejandro* señala años de filtración. El sistema de salud, antes ejemplo, hoy enfrenta una dura realidad.
Con 50 años en la salud pública, Alejandro* vivió la época dorada. Ahora ejerce en hospitales con fallas estructurales. Los servicios públicos son deficientes. Faltan insumos, equipos y personal.
«Es un choque duro ver el deterioro diario», lamenta Alejandro*. «Sufrimos las malas decisiones. Trabajamos en un sistema en crisis y colapsado».
Denuncian crisis de insumos médicos en hospitales públicos
En el Hospital Pérez Carreño, la oscuridad es evidente. Los médicos usan sus celulares para alumbrar. La falta de bombillos persiste.
Milagro*, doctora de neurocirugía, relata la falta de agua. Pacientes llevan botellones para higiene. Las camas son antiguas. Los equipos de oxígeno están inoperativos.
Fabián*, mastólogo, observa mala planificación en la dotación. El almacén tiene medicamentos innecesarios. Faltan analgésicos y relajantes musculares, esenciales en emergencias.
«A veces envían lo que hay, no lo que se necesita», explica Fabián*. La escasez afecta la atención oportuna.
Ante la falta de recursos, el personal improvisa. Médicos, enfermeras y residentes buscan soluciones ingeniosas. Mantienen la atención con vocación.
«Trabajamos con las uñas y el corazón», asegura Milagros*. «Pero la falta de recursos nos desgasta».
En el Luciani, los médicos adaptan técnicas. Usan sondas ante la falta de drenajes quirúrgicos. No es lo óptimo, pero es una solución ante la necesidad.
La Encuesta Nacional de Hospitales refleja esta realidad. El desabastecimiento alcanzó el 74% en 2024.
El déficit de personal agrava la crisis. Miles de trabajadores de la salud han emigrado. Los bajos salarios y las malas condiciones laborales impulsan el éxodo.
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