El último gesto del Papa: donó casi todo su dinero a una cárcel antes de morir

Antes de partir, el papa Francisco quiso dejar una huella de humanidad en uno de los lugares más olvidados por la sociedad: las cárceles. De su cuenta personal, transfirió 200.000 euros al centro penitenciario juvenil Casal del Marmo, en Roma, donde funciona una pequeña fábrica de pastas que busca ofrecer una segunda oportunidad a los jóvenes privados de libertad.

La donación fue revelada por el obispo Benoni Ambarus, quien relató que Francisco decidió apoyar ese proyecto pese a que le quedaba poco dinero en sus cuentas. «Casi me quedo sin nada, pero todavía tengo algo», le dijo el pontífice antes de hacer el envío.

Durante sus 12 años de pontificado, Francisco fue un defensor constante de los presos. Incluso, visitó centros penitenciarios cada Jueves Santo como símbolo de empatía y cercanía. Su legado carcelario, marcado por palabras y acciones, cierra con un acto profundamente simbólico: donar sus últimos ahorros a quienes más lo necesitan.

3eravoz @soyjosecorrea

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