La Quinta Landamar, inmueble donde funcionaba el restaurante Favola en La Castellana, en Caracas, fue restituida a su legítima propietaria: Lola Josefina Landaeta de Morales, una mujer de 100 años de edad que llevaba casi una década luchando por recuperar esta propiedad familiar.
«Lo convirtieron en una casa de citas y de fiestas»
El fiscal general Tarek William Saab publicó la información en Instagram, donde afirmó que Víctor Mendoza, quien ocupaba el inmueble, presuntamente convirtió el sitio en una casa de citas y de fiestas que alteraban el orden de la zona. También vinculó a este caso a un abogado identificado como Gustavo Mendrini y a los hermanos Pugas.
«Ambos sujetos además de pagarle altas sumas de dinero a supuestos youtubers para campañas de difamaciones contra personas, incurrieron en el delito de suposición de valimiento, pretendiendo usar influencias sobre algunos jueces y policías para así intentar apoderarse del inmueble de manera ilegal», indicó el funcionario.
La casa ha pertenecido a la familia Landaeta Marcano desde su construcción en los años 40.
Restaurante Favola, ¿qué se conocía de este caso?
Un reportaje de El Estímulo señala que, tras alquilarla durante décadas a distintos restaurantes, el conflicto comenzó en 2013 cuando venció el contrato con los hermanos Edgar Alberto y Luis Eduardo Prada Díaz, quienes decidieron no entregarla. Desde entonces, el espacio era explotado comercialmente sin consentimiento de los dueños y sin pagar alquiler, lo que llevó a la familia a iniciar un largo proceso judicial.
A pesar de que los tribunales de primera y segunda instancia fallaron a favor de los propietarios, los inquilinos lograron mantener la ocupación con medidas judiciales que luego quedaron anuladas.
En 2021, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia emitió una sentencia definitiva ordenando la devolución inmediata del inmueble. Sin embargo, desacataron esa orden, incluso con la presunta complicidad de funcionarios judiciales que evitaron la ejecución de la sentencia.
Quejas de vecinos, fiestas nocturnas y alteración del orden público
El caso se hizo aún más complejo por denuncias de presuntos hechos irregulares: desde presiones a jueces hasta el uso de redes sociales para difamar a los propietarios. Incluso se reportó una disputa interna entre los anteriores inquilinos, que involucra al empresario Víctor Mendoza, vinculado a la empresa que administraba Favola, Representaciones Remember 2007 C.A.
Por eventos realizados en Favola, que operaba como restaurante y salón de fiestas privadas, se generaron múltiples quejas vecinales por ruidos, fiestas nocturnas y alteración del orden público.
Lola Landaeta, hoy con 100 años de edad, es la única sobreviviente de los tres hijos de los fundadores de la casa. Desde hace años encabezó una batalla legal para recuperar el legado familiar. El inmueble representa el único patrimonio que queda a sus sobrinos, hijos de sus hermanos fallecidos.
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