
Una migrante venezolana fue brutalmente asesinada y su cadáver encontrado dentro de una maleta abandonada en un terreno del distrito limeño de Puente Piedra, en Perú. El hallazgo, ocurrido el pasado 8 de abril, puso en la mira a la banda criminal Tren de Aragua, a quien las autoridades vinculan con redes de trata de personas y explotación sexual en el país.
La víctima quedó identificada horas después como Éurika del Valle Ortiz Jiménez, una joven de 23 años de edad y madre de una niña, que había sido reportada como desaparecida días antes. Según publicó el medio Infobae, la secuestraron el 5 de abril mientras se trasladaba en una mototaxi por la zona de Santa Lucía.
Hombres armados interceptaron el vehículo, dispararon contra el conductor y se la llevaron por la fuerza. Tres días después, su cuerpo sin vida apareció dentro de una maleta.
Una presunta víctima del Tren de Aragua
La identificación se logró gracias a los múltiples tatuajes que llevaba en el cuerpo. Una mariposa en la mano, un rosario, la palabra “familia” en la pierna derecha y la frase Jesús Leymar en el brazo izquierdo. Estas marcas coincidían con imágenes publicadas por la propia joven en sus redes sociales.
De acuerdo con la investigación policial, Éurika había llegado a Perú en busca de mejores oportunidades, como muchas otras migrantes venezolanas. Se habría instalado en Comas y, según las autoridades, cayó en manos del Tren de Aragua, una de las bandas criminales más peligrosas de América Latina, que la habría captado bajo engaños para explotarla sexualmente.
@erikaortiz62395
Fuentes policiales citadas por Infobae indicaron que Éurika habría intentado salir del círculo de explotación, lo que habría motivado su asesinato. Testimonios de trabajadoras sexuales de la zona confirman que el Tren de Aragua impone multas, amenazas y castigos a quienes desobedecen sus reglas, especialmente a mujeres migrantes.
La banda, originaria de Venezuela, extendió su poder a varias zonas de Lima, como San Martín de Porres, Comas, Los Olivos y Puente Piedra. La trata de personas, el proxenetismo y la extorsión son parte de su modus operandi, de acuerdo con el medio. En muchos casos, aprovechan la vulnerabilidad de las mujeres extranjeras para mantenerlas bajo su dominio.
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