
El periodista y activista Carlos Julio Rojas cumplió este martes un año detenido. Está recluido en El Helicoide, sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, sin juicio y sin posibilidad de contar con una defensa de confianza, según denunció su esposa Francy Fernández.
“Fue a las 7:40 de la noche, íbamos al Sambil de la Candelaria cuando hombres vestidos de negro, sin identificarse ni mostrar orden alguna, se lo llevaron a la fuerza”, recordó Fernández sobre la noche del 15 de abril de 2024.
Familiares denuncian irregularidades
Dos días después, a Rojas lo presentaron ante un tribunal con competencia en terrorismo, sin acceso a su abogado de confianza ni comunicación con sus familiares.
Las autoridades lo acusan de graves delitos: asociación para delinquir, terrorismo, conspiración, instigación y tentativa de magnicidio.
Sin embargo, su familia y defensores afirman que no existe ninguna prueba y que el proceso ha estado plagado de irregularidades. “Carlos Julio es un líder comunitario, un hombre de palabra. No es capaz de hacerle daño a nadie”, insistió su esposa.
Durante todo este año, el comunicador ha estado bajo una defensa pública impuesta por el Estado.
“Solo he visto al defensor dos veces. No está pendiente del caso y cuando pregunto en tribunales, me dicen que ‘no hay sistema’. Así ha sido todo este tiempo”, explicó Fernández.
El abogado Eduardo Torres, designado por la familia, no ha podido juramentarse.
Para la familia, la prisión de Carlos Julio Rojas no solo significa la pérdida de su libertad, sino también una carga emocional constante. “Esto también nos ha encarcelado a nosotros. Todo cambia: dependemos de una llamada para saber si está bien, todo se vuelve incertidumbre”, lamenta su esposa.
El caso ha generado preocupación internacional. Amnistía Internacional lo declaró preso de conciencia, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos le otorgó medidas cautelares y el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, ha pedido su liberación.
“No ha cometido ningún delito. Seguimos luchando por su libertad, porque es inocente”, reiteró Fernández.
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