Durante años nos han repetido que todo sigue igual, que nada cambia. Pero hay verdades que, por sabidas, dejamos de decir… y por callarlas, las olvidamos. La abstención nunca ha transformado nuestra historia; al contrario, solo beneficia a quienes prefieren que todo siga como está.
Los jóvenes no podemos renunciar al futuro. Este 25 de mayo no se trata solo de votar, sino de ejercer el derecho más poderoso que tenemos. Participar es resistir, es romper con la indiferencia, es creer en la Venezuela que soñamos. El futuro no se espera: se decide.
Deja una respuesta