El vicepresidente para Asuntos Estratégicos de Irán, Javad Zarif, anunció que el Gobierno no está presionando ni penalizando a las mujeres que no usan el velo en las calles de Teherán, a pesar de que esta práctica es ilegal según las leyes del país. Este enfoque, según Zarif, forma parte de una promesa electoral del presidente Masud Pezeshkian, quien ha contado con el apoyo del Parlamento, el Poder Judicial y el Consejo Supremo de Seguridad Nacional.
Desde que Pezeshkian asumió el poder en julio, la conocida Policía de la moral ha desaparecido de la capital, permitiendo que mujeres en el norte de Teherán desobedezcan abiertamente el código de vestimenta. Aunque esta medida representa un cambio, Zarif admite que no es suficiente, pero lo considera un paso en la dirección correcta.
El uso obligatorio del velo ha sido motivo de conflicto desde la muerte de Mahsa Amini en 2022, lo que generó protestas masivas. Intentos recientes para reforzar la ley mediante multas y otras sanciones no han logrado resultados significativos, lo que refleja un desafío creciente para el gobierno iraní en su intento de mantener un equilibrio entre las leyes religiosas y las demandas sociales.
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