Cerca del 40% de los fármacos aprobados y en uso en la actualidad derivan de productos naturales. Sin embargo, la OMS advierte que “natural no siempre significa seguro”.
Las hospitalizaciones por problemas hepáticos provocados por el uso de remedios herbales como tés y comprimidos están aumentando en todo el mundo. Una nueva investigación de la Universidad de Michigan advierte que el fenómeno es preocupante en Estados Unidos. Estima que hasta 15.6 millones de personas en el país utilizan al menos uno de estos tratamientos con potencial dañino para el hígado.
Los científicos entrevistaron a 9,685 personas inscritas en la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición de Estados Unidos. El objetivo era evaluar la prevalencia y características clínicas de los consumidores adultos de seis productos botánicos potencialmente hepatotóxicos. Analizaron los datos de exposición a medicamentos y suplementos dietéticos herbales (HDS, por sus siglas en inglés) para entender por qué las personas usan estos productos y determinar si existen factores que aumentan el riesgo.
El equipo dirigido por Alisa Likhitsup, hematología de la Universidad de Michigan, descubrió que el uso de remedios herbales es más común en personas con enfermedades crónicas como diabetes y artritis. Los consumidores habituales suelen tener entre 40 y 60 años de edad. Su nivel educativo y sus ingresos son superiores en comparación con las personas que no utilizan este tipo de suplementos.
Los remedios contemplados en el estudio se emplean, por lo general, para tratar afecciones como el colesterol alto, la depresión y el dolor. La encuesta determinó que el 57.6% de los participantes utiliza HDS, en su mayoría compuestos por cúrcuma, extracto de té verde, ginseng indio, tamarindo malabar (garcinia cambogi), arroz de levadura roja y cohosh negro.
La preocupante falta de regulación de los remedios herbales
El estudio recuerda que las lesiones hepáticas provocadas por el consumo excesivo de estos productos es difícil de diagnosticar en una etapa temprana. Cuando se produce un daño crítico el hígado pierde la capacidad de procesar adecuadamente la bilirrubina, lo que resulta en una acumulación del pigmento da un tono amarillento a la piel. A esto se suman síntomas como la sensación de cansancio, falta de apetito y pérdida de peso.
Las incidencias de daño hepático inducido por fármacos a causa de la ingesta de suplementos botánicos se incrementaron de 7 a 20%, entre 2004 y 2014 en Estados Unidos. Las presentaciones procesadas (en forma de cápsulas o polvo soluble) de estos remedios herbolarios han agravado el problema. «La seguridad y eficacia de los suplementos herbales y dietéticos no están bien establecidas debido a la falta de requisitos regulatorios para ensayos clínicos prospectivos o farmacocinéticos en humanos antes de su comercialización», advierte Likhitsu.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido sobre el uso e industrialización no regulada de la medicina tradicional. El organismo calcula que cerca del 40% de los fármacos aprobados y en uso en la actualidad derivan de productos naturales. Sin embargo, advierte que «natural no siempre significa seguro y siglos de uso no son garantía de eficacia. Por ello, el método y el proceso científico debe aplicarse para aportar las pruebas sólidas que se requieren».
La Biblioteca Virtual en Salud en Medicinas Tradicionales estima que más del 80% de la población mundial ha utilizado conocimientos legendarios como método de autocuidado para la salud. Desde 2018, de los 194 países que pertenecen a la OMS, 170 han reconocido el uso de medicina tradicional en sus territorios. Solo 124 de estas naciones tienen leyes o regulaciones vigentes para su empleo.
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