Luis Cabral: “Aquí lo que hubo fue atraso”

El Ing. Luis Cabral, aunque parezca un contrasentido, sobre todo en tiempos impregnados de futuro, mantiene su mirada fija en el pasado.

A la inversa del caballo aquel, al que le torcieron el cuello para que viera hacia adelante, su visión lo retrotrae a un periodo que, según él, fue mejor.

Curiosa idea, la de una persona que observa en las postrimerías del siglo XX, en un pretérito recóndito al que denominan IV Republica, las claves del porvenir.

“Aquí lo que hubo fue atraso”, expresa convencido, a contracorriente del paraíso al que dicen conducirnos, los que manejan las riendas del Socialismo.

¿Qué plantea la oposición que lidera María Corina Machado al pueblo?

L.C.: Apuesta por la transición. La transición no es más que la reingeniería de los poderes públicos, llámense ejecutivos, legislativos y judiciales, de forma que pueda haber un reacomodo institucional que nos conduzca al famoso “hasta el final”, final cuyo verdadero significado es una verdadera democracia, libre, participativa y protagónica.

Al ciudadano común y corriente, ¿qué le plantea?

L.C.: ¿Qué le interesa a un horqueteño?, llevar su producción hasta el mercado, venderla, recibir su dinero y al llegar a casa que todos los servicios funcionen, que prenda el suiche y haya luz, que si se le enferma un niño, funcione el ambulatorio y no tenga que venir dando carreras a Tucupita, y si le toca venir, que sea atendido. Y si, por carecer de terapia intensiva debe ir a Puerto Ordaz, que la ambulancia sirva…

¿Antes lo hubo?

L.C.: En el 79 con Acción Democrática, mi papá, el exgobernador Antonio Cabral me lo decía, las comunidades principales tenían un dispensario médico con médicos y enfermeras, una escuelita -creo que una R1- con un maestro y un dormitorio para el maestro, había una planta de agua y una planta de luz con un plantero pagado por la gobernación, estaban asistidas por malariologia y saneamiento ambiental, que median la calidad del agua que consumían los habitantes, y se vacunaba masivamente. Todo funcionaba, era un espectáculo.

¿Y ahora?

Ahora todo se acabó, hasta las enfermedades endémicas volvieron.

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